2 herramientas para sobrevivir y re-ilusionarTE
Este domingo por la mañana salí a pedalear por el acceso y parque lacunario de Bragado, mi pueblo natal, como tantas otras mañanas (estando aquí o donde haya tocado en suerte habitar -y un poco también gracias a mi perseverante y constante transitar de mandalas espiralados de búsqueda-movimiento-logro-reinvención hacia un cálido equilibrio de vida personal-profesional).
El día pintaba muy otoñal con más nubes que claros celestes; y algo fresco… de todas maneras, tuve mi momento heroico y partí, sé que todo mi día cambia luego de ejercitar un poco y sobre todo liberar la mente para dejar espacio a la creatividad.
Los domingos en mi pueblo, han invitado desde antaño a las actividades deportivas al aire libre, si bien ahora algo restringidas y con los debidos protocolos y recaudos incorporados a partir de la visita prolongada de nuestro querido “enemigo invisible Don COVID”. Así que es muy normal –sobre todo los domingos- cruzarse con otros buscadores de aire y bienestar, que van y vienen por el boulevard, el paisaje arbolado, los caminos de tierra o sus laterales de pinos que se introducen pintoresca y suavemente hasta la orilla.
En mi primera vuelta y ya dentro del parque, con algo de viento en contra y todavía con resto para una media hora más, alguien corriendo en sentido contrario al que iba yo, levantó su mano y sonrió –¡Sí! Ahora al menos volvemos a ver radiantes sonrisas… es que al aire libre y si vamos en solitario el tapabocas no es tan necesario, y la verdad que, para ejercitar un poco el cuerpo, la respiración se nos da mejor sin él. Por supuesto cada uno lleva el suyo a mano, por si acaso tenemos que detenernos y estaremos a mínimo 2 metros de distancia de otro individuo.
No lo reconocí enseguida y en un instante pasaron miles de pensamientos e imágenes por mi mente queriendo responder…, me di cuenta que él si me conocía a mi pues saludó con un gesto que venía de otro tiempo, y de pronto, como adivinando mi sensación, exclamó: ¡¡Ey Alber!!
Allí todo se aclaró, un amigo del colegio, a quien como a la mayoría de las personas después de este más de año y meses, no había vuelto a ver tan de cerca en cuerpo y alma, sino apenas a través de pantallas o en alguna publicación en redes o por llamadas y mensajes vía WhatsApp.
Reconocí su voz, respondí aliviada y en tono bien alto –y unos metros más tarde claro- y sonreí feliz por saberlo bien y agradecí infinitamente que le haya puesto voz a su saludo de antaño.
Ahí me cayeron miles de reflexiones…
que las resumí más tarde en lo siguiente:
¡LA IMPORTANCIA DE PONER VOZ! Dale poder a tu voz, y si por algún motivo la naturaleza de tu ser no te lo permitiese, dale poder a eso que te define, a lo que te hará ser único e inigualable, a eso que otros podrán descubrir, recordar y reconocer en vos. Dale poder a aquello que te posibilite SER.
@m.alberfont @belivelean
…y, casi instantáneamente –o quizá fue una milésima de segundos antes- mi mente recordó lo que les voy a contar. Y me inspiró a escribir, comencé a pedalear más fuerte para llegar, pues cuando esto me pasa, las palabras se amontonan en mi garganta y mis dedos como que quieren crear… ¡y no llevaba conmigo cuadernillo en blanco, ni el celular ni ningún otro dispositivo para decantar!
Recordé aquel día en la maravillosa Praga, recién llegada luego de trenes, viajes, hostels, dormis, peripecias, trabajos esporádicos, infinidad y fugaces compañeros de viajes, intercambios de cultura, guarde y saque la mochila de los guardarropas, sube y baje la mochila del guarda equipajes del tren; algo de cansancio y “saudade” de hablar en mi propia lengua, mi propia VOZ.
La mañana pintaba similar a la de hoy, me instalé en el hospedaje, algo alejado del centro. No sabía eso al decidirlo en el andén de la estación. Me guié por intuición y también porque elegí cambiar de idioma, al ver que mi anfitriona sería una señora que se comunicaba conmigo en francés y ofrecía habitaciones en su casa a viajeros como yo (¡ahhh y sus desayunos!! Deliciosos, aunque eso quedará para otro escrito y otra historia J).
Una vez instalada, después de una ducha y sin descansar tan solo 10 minutos, hambrienta por ver y aprender de otra cultura más, emprendí de vuelta: tren al centro y a empezar a caminar la bella Praga.
¡Vaya sorpresa y cuánta alegría! al, terminado el trayecto y apenas asomar a las escalinatas de la plaza central, con mapa en mano y dispuesta a elegir ¿por dónde comenzar?; se oyó fuerte, en medio del extranjero, a miles de kilómetros de casa, y a muchos más meses de distancia de mi queridísimo país: ¡¡Ey Alber!!
Era Matías, un amigo ingenioso, divertido, algo colgado y chef de la cocina del Boccalino. ¡Qué maravillosa la vida misma con los regalos y sorpresas que nos trae! Estaba con otros compañeros de trabajo de aquel fugaz restaurancito catalán; y otros tantos individuos sumados en su viaje. Les aseguro que toda mi estadía y visita a Praga cambiaron desde allí, renové energía, volví a hablar un poco en argentino y a construir recuerdos y momentos, que llenaron mi mochila de fuerzas y anécdotas para continuar. ¡Y ese modismo e idiosincrasia argentinos que a esa altura me hacían tanta falta!
Una vez alguien me había dicho: –“De recuerdos no se vive, corazón” … Jamás estuve de acuerdo, y me permití desafiar tal declaración. Son elecciones… Yo si he vivido alguna que otra vez de mis recuerdos, y aseguro que más de una de ellas han sido una salvación. Yo elijo y continúo construyendo momentos de eternidad y atesorando recuerdos… de y con: amigos del colegio y la facultad, compañeros de trabajo, maestros sabios de la vida, compañeros de viaje, viajeros en tren, visitas a lugares nuevos, culturas y países a los que quizá vuelva y quizá no, cenas, brindis y conversaciones con mi padre, de mi infancia y de mis sueños… que a veces de tanto soñar, hasta confundo si han ocurrido o no.
Por lo tanto y después de esta catarata (hacía meses no le daba rienda suelta a mi alma); aquí les va mi segundo regalo y reflexión…
ATESORA MOMENTOS, construye y atesora momentos de eternidad, para que puedas buscarlos cuando lo desees o cuando los necesites. Podrás visitarlos en tus días alegres y también en aquellos en los que sientas flaquear, podrás en ellos buscar y renovar tus fuerzas, revivirlos y compartirlos. Y quien sabe también un día te salven y/o sirvan para salvar a otros. Elige y guarda eso que quieres atesorar, un recuerdo también puede devolverte la vida un día, un recuerdo te puede salvar. Atesora momentos, SALVATE.
@m.alberfont @belivelean
2 herramientas para sobrevivir y re-ilusionarTE
- #POTENCIÁTUESENCIA
- #ATESORA MOMENTOS DE ETERNIDAD
¡GRACIAS INFINITAS A MIS DOS MUSOS INSPIRADORES ESTA VEZ: Grosbín y Matías!🤩🙏🏽👏🏾💚 @belivelean @m.alberfont @amerita180 @anubis.deco
Pd: por eso amo ser una “habitante eximia de todos los lares del mundo”; y a veces también del que me parió.
@m.alberfont @belivelean
ATESORAR MOMENTOS DE ETERNIDAD – 02.05.2021 ✍🏼 – ♥️Retomando el #RincónLiterario – ✍🏼 De la Serie: “Más espontáneos que nunca” 🙏🏽❤️ – 02.05.2021 ✍🏼 🙋🏻♀️💚🎓👠
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