Carlos y Gisela habían sido novios durante largo tiempo, él vivía en el interior, ella en Capital. Eran amigos nuestros.
Gisela decidió mudarse dónde él casi en la misma época que lo hice yo, así que seguimos el contacto más frecuente. Cenas, salidas, asados, tardes de sol… bla, bla.
Hubo una época que Carlos aparecía en casa más seguido, y venía solo… «No, Gise se tuvo q ir a Buenos Aires», ó «No, me escapé, Gise está insufrible…».[1]
Los asados, las salidas, fiestas de karaoke y demás seguían con normalidad, pero Carlos venía solo… De pronto a estos asados (nosotros en casa siempre les abrimos las puertas a todos, jaja!!) comenzó a sumarse Juliana… Divina! Re macanuda la piba! Jamás pregunté de dónde venía, amiga de quien era, bienvenida sea! Pero si comencé a notar una cierta afinidad entre ella y Carlos… y en algunas ocasiones de fiestas multitudinarias, la ausencia de ambos en el mismo tiempo y espacio….
(Yo soy muy observadora, y quizás por mi personalidad siempre he estado abierta a escuchar historias de conocidos donde ocurren ciertas cosas, que aunque yo maneje otros códigos, hay que aceptar que suceden…)
Y otras veces, Carlos que nervioso justificaba: “La acerco a Juliana así no se toma un remis…” – “Si la fiesta no terminó!”– pensaba yo. (Sí!, lo reconozco… también he sido ingenua, jaja! Qué bueno poder reír de uno mismo).
Le comenté mis sospechas al entonces mi marido, quien una vez también me había hecho notar los nervios y la incomodidad de Liliana, cuando llegamos de sorpresa a su casa buscándolo a Rodrigo. Lili estaba con el empleado de Rodrigo, Rodrigo no estaba… y alguna extraña energía había cortado el aire en aquella situación.[2]
“No se…” – me dijo Laureano – “En todo caso, espero que nadie salga dañado, Carlos es mi amigo y Gisela es buena mina”.
(tiempo indefinido sin datos y con reuniones sin la presencia de C y G…. )
Juliana terminó desapareciendo de las reuniones, de la ciudad creo yo! Jamás volví a verla. Y Carlos regresó un día a casa con la gran noticia: “Voy a ser papá!”
Después de una picada y un brindis, se fue, lo acompañamos hasta el portón. Y Laureano me comentó: “Qué emocionado estaba, no?”
Yo respondí: “Para serte sincera, no me pareció solo emoción, hay algo de remordimiento en su mirada… Te digo más, sabe o cree que yo lo sé. Prefiero quedarme con la duda.”
A VECES ES MEJOR NO AVERIGUAR CIERTAS COSAS. QUERER SABER MÁS DE LO QUE TE CUENTAN, PUEDE DECEPCIONARTE…
Pd1: Sin embargo hoy aún me pregunto… que habrá sido de la vida de la pobre Juliana?! Era una piba gauchita…
Pd2: Las circunstancias de la vida hicieron que a Carlos y a Gisela yo no los viera más… y por otra “causalidad” que prefiero no explicar hoy confirmo que algo de razón tenía en mis sospechas… Evidentemente manejaban diferentes códigos, y estoy de acuerdo con lo que me dijo Laureano aquel día, ojalá que nadie salga dañado, pero algo no está cerrado ahí… Gise, lamentablemente, algún día despertará, y Carlos tendrá que sincerarse, más que nada con él mismo (quizá ya haya ocurrido), porque LA VIDA DA LA VUELTA, LA VIDA TE DA REVANCHA …
#RincónLiterario en gestación – “El canto silencioso de la cigarra”
19.06.2010: Extracto de la miniserie “La Vida Te Da Revancha” – la década apagada – #AmeritaSalvoEscondite
Nota: Cabe aclarar que los personajes aquí plasmados son de fantasía, no así los relatos…
Lo importante y bello dentro y para cada uno de nosotros es “Aprender a descubrirnos y mostrarnos tal cual somos, aceptarnos, perdonarnos y trabajar sobre lo que no nos gusta de nosotros mismos para mejorarlo”
[1] Disculpándome por el lenguaje, yo jamás me expresaría de esa forma, haciendo un gran esfuerzo, transcribo tal cual aquellas palabras (su lenguaje, el lenguaje de Carlos)
[2] El relato dentro del relato…, que colocando 2 dardos de una lanzada, aproveché por aquel entonces para expresar toda mi ironía y asomo de intuición
© 2020 – María Albertina Fontana. Todos los derechos reservados.